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Rutas de Contagio: ¿Cómo el desplazamiento afecta la malaria en el Perú?

  • Foto del escritor: Andrea Coombes
    Andrea Coombes
  • 25 abr
  • 4 Min. de lectura

Como parte del permanente compromiso del país por la eliminación de la Malaria, actualmente se encuentra en ejecución el “Plan Hacia la Eliminación de la Malaria en el Perú” (2022-2030). Sin embargo, estos planes no consideran una dimensión que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera prioritaria para alcanzar la eliminación de la malaria: la movilización humana. InnovaLab ha participado de diversos estudios que exploran el vínculo entre este factor y el continuo contagio de malaria a través de encuestas, rastreadores GPS y pruebas serológicas. Estos estudios revelan la compleja relación entre el desplazamiento de las personas y la persistencia de la enfermedad, proporcionando evidencia clave para el diseño de políticas públicas más efectivas.


En una de las investigaciones realizadas se llevaron a cabo encuestas auto registradas y se utilizaron rastreadores GPS para hacer seguimiento a los habitantes de Gamitanacocha, una zona con alto índice de contagio. Con ello se logró observar detenidamente en qué zonas los habitantes se contagian y luego, al desplazarse, pueden continuar propagando la enfermedad. Los resultados encontraron una transmisión entre las dos comunidades, una alarmante proporción de población infectada y se logró localizar las zonas de alto riesgo (lea aquí un blog anterior sobre ese artículo) Entonces, si la Movilidad Humana puede trasladar el vector ¿Cómo afecta a las zonas donde ya se ha logrado reducir el contagio? Y si la Movilidad Humana es constante ¿Cómo podemos enfrentarlo desde las Políticas Públicas? InnovaLab participó en dos estudios que buscan resolver estas preguntas:


La Malaria en zonas de baja transmisión: la exposición se mantiene


Este estudio se enfocó en comunidades de los distritos de Belén e Indiana, en Loreto, donde la transmisión de malaria es baja (menos de 100 casos por cada 1000 habitantes). Para entender cómo la exposición a la enfermedad persiste en estas zonas, se realizaron:


  • Encuestas a jefes de hogar sobre características y condiciones de vida.

  • Encuestas individuales para identificar síntomas, uso de medicamentos y búsqueda de tratamiento.

  • Pruebas de sangre para detectar la presencia de anticuerpos contra los parásitos P. vivax y P. falciparum.


Georreferenciación de los hogares encuestados


Una vez determinadas las características de cada hogar y sus miembros, se buscó evidencia de exposición a Plasmodium vivax y Plasmodium falciparum, los parásitos que transmiten la malaria en esta zona. Para ello, se analizó la presencia de anticuerpos en sangre, ya que estos indican una exposición previa al parásito. Con esta información, se categorizó a las personas encuestadas según su exposición y se combinó con datos geográficos y de encuestas para identificar patrones espaciales. Así, se detectaron “zonas calientes”, con alta exposición, y “zonas frías”, con baja exposición. Los resultados mostraron que, aunque el índice de contagio era bajo, muchas personas habían estado expuestas. Además, la mayoría de las “zonas calientes” estaban alejadas de los centros de salud, lo que sugiere que quienes deben viajar más para recibir tratamiento también son los más expuestos al vector.




Trabajo fuera de la comunidad y Malaria


Pese al impacto que tiene la Movilización Humana en la transmisión de la Malaria, las personas tienen la necesidad de seguir desplazándose para satisfacer sus necesidades. Entonces ¿Qué medidas se pueden tomar? 


Otra investigación de la que participó el InnovaLab analizó el impacto del desplazamiento laboral en la transmisión de la malaria, comparando comunidades periurbanas y rurales. Se realizaron encuestas de movilidad, pruebas serológicas y georreferenciación de hogares para generar simulaciones con Machine Learning y evaluar escenarios de transmisión según el porcentaje de personas que salían a trabajar.


Primero, se seleccionaron zonas de alto riesgo de contagio según la base de datos estatal: tres comunidades peri-urbanas y tres comunidades rurales. A estas se les realizó una encuesta de hábitos personales y su desplazamiento, se les tomó muestras de sangre y sus hogares fueron ubicados a través de la georreferencia. Con la muestra de sangre, se detectó a aquellas personas que cuentan con presencia de anticuerpos específicos debido a una reciente exposición al vector. Con esa información se creó base de datos para generar simulaciones a través de Machine Learning.



En estas simulaciones se corren diferentes escenarios en los cuales se buscaba modificar la cantidad de gente que salía de su comunidad para trabajar y si esto aumentaba o reducía el promedio de gente expuesta al vector. En ese sentido, se probó primero que nadie saliera a trabajar fuera, luego que 10% saliera a trabajar, y así subsecuentemente hasta llegar al supuesto de que el total de la población de las comunidades estudiadas saliera a trabajar. Luego se compararon los resultados entre zonas peri-urbanas -zonas que se encuentran alrededor de la ciudad- y rurales. Además, de manera complementaria, se realizó la misma comparación con variables como sexo y edad. Así, se puede saber qué población está siendo más vulnerable al transportarse por trabajo y, por lo tanto, se debe elegir como sujeto de las políticas de restricción de movilidad. 

Los resultados mostraron que el desplazamiento por trabajo no tiene un impacto significativo en las zonas periurbanas, pero en las zonas rurales sí incrementa la exposición a la malaria. Además, se identificó que los hombres rurales adultos son el grupo más vulnerable a la exposición por movilidad laboral, mientras que en menores de edad y mujeres, el riesgo de exposición por trabajo es mucho menor.


Reflexiones:


Las dos investigaciones nos dejan diferentes aprendizajes a considerar en el desarrollo de políticas públicas en la  lucha contra la malaria:


  • Incorporar pruebas serológicas en zonas de baja transmisión para identificar exposición oculta y prevenir rebrotes.

  • Mejorar el acceso a tratamiento en comunidades alejadas, reduciendo la necesidad de traslados riesgosos.

  • Establecer una mayor vigilancia a los hombres adultos en zonas rurales, quienes son los más expuestos al vector al desplazarse por trabajo.


Para avanzar en la eliminación de la malaria en el Perú, es fundamental integrar el factor de movilidad humana en las estrategias de control y prevención. Estos estudios demuestran que, sin un enfoque que considere la dinámica del desplazamiento humano, la erradicación de la malaria seguirá siendo un desafío pendiente.


Lee los textos completos (en inglés):



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